EL PRESIDENTE EJECUTIVO DEL CONSEJO ABORDÓ LOS DESAFÍOS DE LA INDUSTRIA
Un positivo balance hace Joaquín Villarino, presidente ejecutivo del Consejo Minero, al encuentro sostenido el viernes pasado en el Hotel Antofagasta, en donde las grandes empresas se juntaron con autoridades locales y regionales, como también del mundo académico y gremial.
"La convocatoria fue extraordinaria y la conversación en torno a los desafíos de la región se desarrolló en un clima muy constructivo, con altura de miras y espíritu colaborativo", destaca Villarino, en entrevista con El Mercurio de Antofagasta.
"A mi juicio, se ratificó un acuerdo transversal: el país y la región necesitan más minería y, especialmente, estamos frente a una oportunidad histórica con el desarrollo de la actividad", plantea el representante del Consejo Minero. En ese sentido, afirma que, "si bien el sector cumple con muchos de sus compromisos, está llamada a hacerlo aún mejor". Por esto, recalca que "el gran objetivo está claro: más y mejor minería para contribuir a la calidad de vida de todos quienes viven en la región".
Además, explica que la reunión corroboró que la Estrategia Regional Minera (EMRA) "es la herramienta y el paraguas bajo el cual las compañías mineras y la región deben trabajar, para implementar una serie de iniciativas que permitan desarrollara Antofagasta y cada una de sus comunas con un objetivo claro, el bienestar de sus habitantes. Es necesario un trabajo colaborativo y transversal para ejecutar eficazmente los acuerdos de la EMRA".
En ese sentido, Villarino considera que, con acciones como el encuentro sostenido esta semana, "que son parte de la agenda permanente del Consejo, buscamos profundizar un espíritu de colaboración para el desarrollo de proyectos que han sido priorizados por la región y que, entendemos, realizados conjuntamente, tendrán mayor impacto yen un plazo más breve".
¿Qué desafíos tiene la industria en materia social en la región?
Por cierto que siempre hay desafíos. En la presentación de la EMRA que realizó el gobernador Díaz se esbozaron algunos de éstos, que convocan a nuestro sector, y en los cuales las compañías presentes en la región o ya están trabajando o están abiertas, más aún, decididas a analizar de qué manera pueden contribuir a superarlos. Se pondrá especial esfuerzo y con sentido de urgencia a aquellas que se refieren a la contratación de mano de obra local y a las de diseño de proyectos sociales, para habilitar de manera eficiente el gasto de fondos regionales y municipales.
En cuanto al desafío de la seguridad, que es un tema relevante a nivel país, y por supuesto también en esta región, si bien la minería no es la llamada a encargarse de la seguridad de la ciudadanía, creo que sí puede aportar en la búsqueda de espacios de coordinación y colaboración con las autoridades nacionales y locales. Lo anterior siempre teniendo en cuenta que lo que puede hacer el sector privado en un tema que es competencia del Estado, es más bien limitado. Contribuiremos, en todo caso, en avanzar en los grandes desafios del país y de la región, en el entendido que las mejores soluciones pasan por la colaboración entre los mundos público y privado.
LA CUANTIOSA CARTERA DE PROYECTOS
¿Y qué desafíos hay en materia de inversión que se deben resolver?
Hay una serie de desafíos que todavía tenemos pendientes, y que es necesario resolver para poder materializar la atractiva cartera de inversiones que tiene la minería en Chile, que actualmente supera los US$80 mil millones a nivel nacional para la próxima década, y que aportaría beneficios para las regiones, para las personas y para el Fisco.
El primero tiene relación con el sistema de permisos que deben enfrentar los nuevos proyectos, como también, proyectos existentes. Nuestras empresas socias deben considerar más tiempo de lo que toman países competidores para lograr la autorización de un proyecto, más tiempo incluso de lo que señala la propia ley. Esta situación trae aparejada una falta de certeza de cara a los inversionistas, lo que afecta la materialización de dichos proyectos.
“Hay una serie de desafíos que tenemos pendientes, y que es necesario resolver para poder materializar la atractiva cartera de inversiones que tiene la minería en Chile, que actualmente supera los US$80 mil millones a nivel nacional para la próxima década".
A esto se suman las mejoras de productividad que requiere el sector, los desafíos en materia de capital humano. Y, no menos importante, el trabajar por mantener la buena evaluación que tiene la minería a nivel ciudadano y en el sector político.
Hay un amplio abanico de inversiones pronosticadas en la región. ¿Podríamos estar ante un nuevo "boom" del cobre?
Existe consenso a nivel general de la importancia que tiene el cobre en la transición energética en la que está embarcada actualmente la humanidad, junto al desarrollo de nuevas tecnologías. Y se espera que la demanda crezca con fuerza durante los próximos años, por lo que los fundamentales del mineral son sólidos en el mediano y largo plazo.
No obstante, hemos tenido que enfrentar una alta volatilidad, la que se vio reflejada durante la última semana, producto de los anuncios en materia de aranceles por parte de los gobiernos de Estados Unidos y China.
En una mirada de más largo plazo, los precios que estamos observando este año resultan atractivos. Luego de los vaivenes en el precio de las últimas semanas, este viernes el mineral se cotizó en US$4,16 la libra, considerando que el grupo de expertos convocados por el Ministerio de Hacienda pronosticó un promedio de US$4,09 a US$4,10. Hay que recordar que la minería es una industria que trabaja en el largo plazo, y opera bajo ciclos, por lo que la perspectiva de largo plazo no puede perderse.
Es por eso que podríamos decir que el escenario es positivo para el país y hay que aprovecharlo, siempre atentos a posibles cambios en el mercado global. Es fundamental avanzar hacia acciones que van en línea con hacer más eficiente el otorgamiento de permisos, avanzando en temas de productividad, y en áreas asociadas a la legislación laboral que probablemente deben flexibilizarse.
¿Cómo se prepara al capital humano de la región para este desafío?
La industria no solo en Antofagasta y Chile, sino que a nivel global, enfrenta el desafío de contar con personas calificadas para desarrollar su actividad. En Chile, la Alianza CCM-Eleva ha proyectado que para el 2032 se requerirán 34.000 nuevos trabajadores para la industria.
Justamente, en el encuentro regional surgió también este desafío, que convoca a tener una mejor fluidez entre la demanda y la oferta laboral en la región. Ya hemos tomado una medida concreta que va en esta línea.
El estudio "Características de los residentes de Antofagasta que buscan empleo en minería y requerimientos de las empresas", con información que será suministrada por la plataforma Empleo Región, la cual será procesada y se contrastará con los perfiles que requieren las empresas.
El objetivo es conocer si existen brechas que estén limitando el acceso de las personas residentes en Antofagasta a los trabajos en el sector minero. El proyecto será desarrollado por un equipo conjunto entre la Universidad Católica del Norte y la Universidad de Antofagasta.
Esperamos tener en un periodo corto de tiempo una propuesta que diga cómo mejoramos herramientas que ya existen en la región, como hacemos que conversen mejor las políticas que estén implementando las compañías. Esto va a ser un muy buen punto de partida trabajando con las autoridades locales para solucionar una demanda concreta que está planteando la región.
En esta misma línea, podemos destacar iniciativas que actualmente se implementan en la región, como el programa Impulsa 4.0, un trabajo asociativo, que desarrolla en conjunto la Alianza CCM-Eleva y la Corporación Clúster Minero de la Región de Antofagasta, con el apoyo de Antofagasta Minerals, Codelco, BHP y SQM, y con la colaboración de más de 20 instituciones formativas que hoy son parte de su Consejo Consultivo. Estamos trabajando en las comunas de María Elena, San Pedro de Atacama, Taltal y Calama, para ver cuáles son las competencias y capacidades que tenemos ahí y cómo podemos mejorar estos centros, para que se transformen en aliados de la industria capacitando a mujeres y hombres que se incorporen al sector minero. CTS