Apostando con nuestra salud

Jugando con fuego cuando saben que no va a haber agua para apagar el incendio

Envie este Reportaje Version de impresion de este Reportaje Publicado el 22 de Diciembre de 2020 Visto 403 veces
Una de las reuniones en la plaza.
Recibimos estas imágenes, de la planta de producción de agua, enviadas por un trabajador de Capra que pidió anonimato. Arriba, filtros con microalgas y abajo, filtros sulfatados. En ambos casos indicarían un mal filtrado del agua.
Consultamos a Nancy Bermúdez, la presidenta instalada por el alcalde en el Comité, sobre todos estos temas, pero no hemos recibido respuesta hasta el cierre de esta edición. En la imagen, la directiva completa...

¿Quién garantiza que tenemos y tendremos un agua potable de calidad o al menos dentro de la norma?
¿Quién garantiza que el abastecimiento no está en riesgo ahora o en el futuro?
¿Cómo reactivar responsablemente el turismo, si no contamos con la seguridad del agua potable?
El Estado, las “autoridades” han abandonado a este pueblo en muchos aspectos. También en este.
Alguien puede pedir que se intervenga el Comité de Agua Potable, pero eso ¿Solucionaría algo?

Estamos ante un caso clásico del Síndrome “Que otro #$$ lo resuelva” y un ejemplo más de la forma de gobernar de estas “autoridades”. Apostando. Apostando a que no va a pasar nada, apostando a que nadie se va a enfermar si el agua está mala, apostando a que no se va a cortar el agua, apostando con nuestra salud.

Las “autoridades” saben que la planta de tratamiento de aguas servidas está colapsada y en cuanto al suministro, hoy nadie garantiza la calidad ni la cantidad del suministro del vital liquido. Todo esto ante la larga impavidez de la Seremia de Salud y de la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH), entidades que hace rato debieran haber intervenido en serio

EL 11 de diciembre se produjo un confuso incidente, en el suministro del agua potable en San Pedro de Atacama. Una declaración pública distribuida a través de diversas redes sociales, supuestamente proveniente del sindicato de trabajadores del Comité, declaraba la posibilidad, debido a la “ignorancia e incompetencia del administrador y  de la actual presidenta”, de cortes de agua en el pueblo, además de otras menudencias como investigaciones de la autoridad sanitaria por calidad del agua bajo la norma, trabajadores sin elementos de protección y despidos por hostigamiento.

Consultamos al presidente del sindicato, Jorge Titichoca, quien negó que su sindicato hubiera generado este documento. Pero también indicó que lo que se plantea en él, NO es falso.

Ese mismo día la municipalidad, también a través de las redes, salió a advertir que en algún momento la directiva iba a realizar una declaración oficial. De esta manera el municipio se metía en la extraña discusión. Puede que lo hicieran porque los problemas del agua potable les competen, ya que la presidenta Nancy Bermúdez y su compañía familiar está ahí por una maniobra fraudulenta del alcalde Catur, quien va a la reelección apoyado por la diputada Núñez y su maquinaria.

De pasada, nos enteramos que la Secretaria Regional Ministerial de Salud, Rossana Díaz, que también tiene sus aspiraciones políticas pero que no es parte del circulo de poder de la diputada, se manifestó preocupada de que se pusiera más en riesgo la situación sanitaria del poblado, considerando que el Estado y su cartera han estado haciendo la vista gorda desde hace rato.

Las “autoridades” saben que la planta de tratamiento de aguas servidas está colapsada y en cuanto al suministro, hoy nadie garantiza la calidad ni la cantidad del suministro del vital liquido. Todo esto ante la larga impavidez de la Seremia y de la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH), entidades que hace rato debieran haber intervenido en serio.

Ese día la Seremi vio pasar el desastre que significaría para el pueblo que en el momento de iniciar una ya problemática reactivación económica, se quedara sin agua potable.
Más aun cuando el gobierno regional, en una muestra más de su ineptitud, está en antecedentes desde hace mucho tiempo de la permanente crisis del comité en el nivel administrativo, dirigencias y sobre todo técnico y sanitario.

¿Cómo reactivar responsablemente el turismo, si no contamos con la seguridad del agua potable?

Finalmente, en la tarde del 11 de diciembre, la espuria directiva realizó un comunicado en la que reconocen el desperfecto en el generador, que se mencionaba en la supuesta declaración publica del sindicato, pero afirmando que la situación estaría resuelta. Claro que exageraron un poco la nota hablando de un equipo de eléctricos certificados y la asesoría de la empresa Cummins. Sabemos que en realidad se recurrió a un señor que había sido despedido hacia poco tiempo, quien resolvió la pana del generador en la noche del 12.

Como siempre, es la realidad la que se va a encargar de dejarnos claro la verdad: El suministro de agua va a estar o no.
Si el agua no es potable, alguien se va a enfermar en algún momento. El solo hecho de estar haciéndonos estas preguntas, habla de la calidad del gobierno que maneja este asunto.

Esta directiva no es confiable y se contradice con frecuencia. Para muestra un botón: anuncian cambios y elecciones para marzo en el Mercurio de Calama, pero timbran sus comunicados como “presidente 2019-2022”.

Después de este conato de desastre, creemos que ya se debe terminar con este festival de declaraciones, elecciones, directivas y contra-directivas y de una vez intervenir esta organización, que a esta altura es completamente ilegítima. Técnica, política y socialmente ilegitima.

Finalmente se trata de satisfacer la necesidad de la gente: Tener agua potable y segura al abrir la llave, que es por lo que están pagando. Y que es un derecho constitucional, además. Y un derecho de salud básico.

El 12 de diciembre se realizó una asamblea de socios citada por la directiva en funciones. En la tabla no estaba ni una futura elección ni la situación técnica real del suministro. Pero nos informan que estuvo presente personal de la DOH, respaldando la gestión de Nancy Bermúdez. Además se habría comprometido a entregar su cargo en marzo, después de una nueva elección. No se la cuestionó por su manejo financiero ni por su contratación de familiares ni por su (mal)trato con los trabajadores.

La situación es clara: El Estado no quiere intervenir el agua potable de San Pedro. Si quisiera, ya lo habría echo hace tiempo. ¿Ineptitud, simple tontera, corrupción? Con este gobierno, no se sabe.

Pero esto está claro: El problema es estructural. No basta con un cambio de directivas. ¿A quien le puede interesar tener una organización comunitaria que se cae a pedazos ante un par de aventureros con suerte?

Se necesita una organización fuerte, y está claro que la comunidad no ha sido capaz de generarla.

Por estos días, se hacen reuniones de un lado y del otro, en las que hemos visto reaparecer gente que ya pensábamos que estaba retirada, pero que siguen mirando a la posibilidad de tener cargos y quizás agarrar alguna cosita, aunque hoy el comité esté económicamente quebrado. Hemos visto desfilar a Manuel Escalante, Marcela Ramos, la familia de Ada Aramayo e incluso la sombra de una tal Mirta Solís y otros próceres que no han sido capaces de ocultar sus inclinaciones. Además de varios candidatos a alcalde que tampoco han aportado mucho, excepto quizás sus ganas de usar el tema con fines electorales. Ninguno de estos personajes ha puesto el acento en la realidad sanitaria del agua de San Pedro y todo se ha ido en dimes y diretes sobre quien va a llevarse el Capra para la casa, como ha sido la costumbre desde hace años.

Por otro lado, sabemos que la fiscalía tiene bajo investigación a todas las directivas para atrás (imagínense el susto de Nancy Bermúdez cuando llegó la PDI a las oficinas, aunque no era por ella) y en cualquier momento nos podemos llevar alguna sorpresa.

El comité se maneja con estatutos que estaban ya obsoletos hace 10 años y no se permite que participen en la organización a muchos usuarios que deberían estar presentes. Pero por otro lado, los usuarios del sistema quizás no estén tan interesados en dejar de ser usuarios que reciben un buen servicio y nada más.

La lista de deficiencias puede seguir largamente…

Pero se está jugando con la salud y la vida de todos los que vivimos en San Pedro.
Jugar no es el verbo que debiéramos conjugar a esta altura.

Como nos manifestó un antiguo habitante de este pueblo: “¡Que corten el leseo!”

Festival de comunicados:

El alcalde no va a negar que le lleva el amén a doña Nancy. Por otro lado, en la declaración de la directiva, llama la atención la línea: “para defender a nuestro comité de cualquier intervención estatal y/o privada” Eso si es ponerse el parche antes de la herida.

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