Energía en San Pedro (1): Nos conectamos al SING

¿Tiene sentido hablar de energías alternativas en nuestra comuna?

Envie este Reportaje Version de impresion de este Reportaje Publicado el 19 de Junio de 2014 Visto 375 veces

Como están las cosas, es posible que la Cooperativa Eléctrica de San Pedro de Atacama, más conocida como CESPA, no sobreviva mucho tiempo. Y como están las cosas, probablemente nadie va a extrañarla demasiado.

Es que el futuro, según la alcaldesa, está en el SING, Sistema Interconectado del Norte Grande, como manifestó en una reunión con el recién asumido intendente de la región, a fines de marzo de este año. Allí, según el Mercurio de Calama, le planteó a las autoridades regionales que “se analice y se elabore hoy un proyecto para estar el próximo año con la solución a mano de lo que requerirá San Pedro, de lo contrario tendremos que nuevamente renovar los generadores, lo que cada vez se hace menos procedente por los costos que eso implica. Los generadores funcionan a petróleo y eso resulta en extremo caro”.

La alcaldesa Sandra Berna explicó que actualmente la comuna, con un promedio de cuatro mil habitantes en épocas normales y sobre diez mil en temporadas peak, se abastece de electricidad con el funcionamiento de cinco generadores, los que cada vez se hacen más difíciles de mantener y sostener. Además la población crece y se hace evidente el requerimiento de un sistema más acorde a nuestros tiempos, más todavía que prácticamente para todo se necesita de la energía eléctrica.
Explicó que plantearon al intendente que es necesario ver ahora la posibilidad de un proyecto energético, “porque estamos en momentos en que los generadores cumplirán su vida útil y a nuestro entender, debiéramos de pensar en conectarnos al Sistema Interconectado del Norte Grande, porque si bien, podemos propiciar todo tipo de energía limpias, necesariamente tendremos que hacer otro tipo de instalaciones igual”, dijo.

Además dijo que hoy la energía existente en San Pedro inclusive no permite disponer de servicios más eficientes en hoteles, por ejemplo y “tenemos que entender que definitivamente San Pedro de Atacama es eminentemente turístico, de manera que, hay que disponer de buenos servicios y si eso no ocurre, la gente comienza a presentar problemas y a inquietarse. La energía hoy no solamente es para alumbrar”.

Pueden ver el detalle de está publicación del Mercurio de Calama, aquí »»

Incluso esta postura de nuestra alcaldesa fue respaldada al día siguiente por una editorial del Mercurio de Calama, en la que se manifestaba como conclusión: “Sin duda que esta es una deuda histórica con los pueblos y comunas del interior que exige una resolución pronta. Más allá de incorporar las energías limpias, San Pedro de Atacama, por su importancia turística y estratégica tiene que estar conectado a un sistema fiable como el SING, y ya es tiempo que el tema se resuelto en el corto plazo”.

Pueden ver el detalle de está publicación del Mercurio de Calama, aquí »»

Entre los dichos de la Alcaldesa Berna, hay varias inexactitudes que vale la pena destacar. 
Dijo que “necesariamente tendremos que hacer otro tipo de instalaciones igual”. No explica el porque de esa necesidad y por que eso se contrapone con la posibilidad de energías alternativas.
Olvida mencionar que la generación de electricidad del SING es en base a plantas generadoras de… carbón. Lo que también es muy caro, y además, nefasto para el medio ambiente. Si no, pregunten en Tocopilla.

Además, descartar tan sumariamente las energías alternativas, no parece tan lógico, si consideramos la reciente puesta en marcha de la construcción de la gigantesca planta de energía solar que Abengoa Solar tendrá en funcionamiento desde el 2017, en la comuna de Maria Elena y que va a producir 110 Mw, es decir 22 veces lo que necesita la comuna de SPA para satisfacer sus necesidades de energía proyectada para los próximos 40 años.

Pero tan importante como lo que la alcaldesa dijo, es lo que no dijo. Por ejemplo, cuanto costaría conectar a San Pedro de Atacama al SING, que costos adicionales esto significaría para el turismo, del cual el municipio nunca se ha preocupado demasiado, excepto para el discurso y la justificación de la conexión con el SING, y también de la responsabilidad que le cabe al municipio en la mala gestión del CESPA, pasando por el pequeño detalle de que nuestra comuna no tiene 4 mil habitantes permanentes, sino muchos más (10.000, según la proyección del INE, antes del fallido censo del 2012) .

Como sea, la voluntad política de la alcaldesa y el estado es conectar a San Pedro de Atacama al SING, y a pesar de que existe disponibilidad de tecnologías alternativas viables e incluso empresas e instituciones dispuestas a ponerse con los recursos necesarios, la decisión ya parece estar tomada.

La conexión con el SING tiene un altísimo costo. Estamos hablando de aproximadamente un millón de dólares por kilómetro, es decir un mínimo de 100 millones de dólares. Es decir 55 mil millones de pesos. Que es lo mismo que costaría poner un sistema solar de 2 millones de pesos a 27500 casas. 

Y quizás ese sea el quid del asunto. La única justificación económica para conectarnos al SING seria que San Pedro de Atacama tuviera 60.000 habitantes permanentes, o que a este extremo del circuito se instalara una empresa minera. Lo que es más sugerente, si consideramos que la entrada del SING sería por Catarpe, y un poco más arriba está la mina de San Bartolo, propiedad de BHP Billiton.

¿El fin de la CESPA?

La conexión con el SING implicaría la desaparición definitiva de la CESPA. Cosa por lo demás muy fácil de concretar. La CESPA actualmente no tiene ningún bien propio, ya que todo el sistema eléctrico, postes, generadores, maquinarias, etc., son propiedad de la municipalidad. Toda esta implementación, como unidad de negocio, está entregada a la CESPA mediante un contrato de comodato, para sus tareas de generación, transporte y distribución de energía eléctrica. Este comodato se estableció como un contrato que debe renovarse año a año. Contrato que no se firma desde el año 2010. 
Esto es más grave si se considera que el contrato de Comodato establece específicamente que NO es renovable automáticamente. El contrato del 2009, el último firmado, en su artículo tercero establece que las partes pueden ponerle término avisando con tres meses de anticipación y que el contrato no conlleva una “tacita reconducción” del mismo (Es decir, específicamente se indica que el contrato no se renueva automáticamente y hay que firmar uno nuevo para el siguiente periodo, cosa que no se ha hecho). Es decir, desde el año 2010, en buen chileno, el comodato de la municipalidad funciona de palabrita no más. Lo que haría aun más sencillo sacar al CESPA del mapa para poner a otra empresa, digamos ELECDA, a cargo de esto.

(La no firma del contrato por ya cuatro años pone entredicho la labor del municipio, alcaldesa y concejo por igual, ya que según el contrato, los concejales tienen funciones de fiscalización que realizar a ese respecto.)

Puede bajar una copia del último contrato de comodato firmado, aquí (.pdf de 2.6 Mb) »»

Si se conecta al SING, la CESPA tampoco podría hacerse cargo de la distribución de la energía, ya que si la cooperativa maneja mas de 1.5 Mw, entraría al sistema de regulación de la SEC, y tendría que cambiar muchas de las practicas actuales y las tarifas, lo que según nos indicó el gerente Denis Condori, haría inviable financieramente a la cooperativa. Así que de donde se saque la energía extra que el pueblo necesita, la CESPA no seria el organismo idóneo para administrar esa energía. No sin pasar por profundas transformaciones.

SING o energías alternativas

Desde que se plantea la conexión con el SING como la solución idónea para las necesidades energéticas de San Pedro, dejan de tener sentido los intentos mas o menos organizados de dotar a San Pedro con energías alternativas. 
Estos intentos no son menores. 
Sabemos de los esfuerzos de la Junta de Vecinos de la población Lickanantay, que trabajan en un proyecto para dotar de energía solar a sus habitantes; de las negociaciones del Consejo de Pueblos Atacameños con Abengoa Solar (los mismos de la planta en construcción en Maria Elena) para instalar una planta de al menos 1.5 Mw en el pozo tres, energía que se pondría a disposición de la CESPA; de varias comunidades indígenas que están buscando soluciones solares (Coyo, Catarpe y Sequitor, hasta donde sabemos) o ya las han concretado, como Cúcuter; la propia CESPA ha estado en conversaciones con un par de empresas; etc.
Todo esto sin contar con los esfuerzos de propietarios individuales, sobre todo en los ayllus más alejados, que no han podido a la fecha ser conectados a la red municipal que administra la CESPA.

Si estas iniciativas llegaran a buen puerto, podría ser innecesario conectarse al SING. 

Pero finalmente ¿quien toma esta decisión?

Como hemos visto, el municipio ya tiene la decisión tomada, faltando solamente que esta posibilidad se concrete. 
Pero quizás seria bueno que este tema se discuta y se converse, porque parece que hasta ahora todos se están moviendo por su cuenta y sin coordinación.

En el fondo, la decisión de que tipo de energía se debe usar y como, pasa por una discusión que hasta ahora brilla por su ausencia: Como queremos que se desarrolle San Pedro de Atacama.

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