Volver... 22 años no es nada: Sandra Berna va por los 26

La pregunta, quizás, sería: ¿Resistirá San Pedro otro periodo de Sandra Berna?

Envie este Reportaje Version de impresion de este Reportaje Publicado el 25 de Enero de 2016 Visto 355 veces

Desde el año pasado, la señorita Berna venia anunciando que se retiraba, que no se presentaría a la reelección, y que quería trabajar como dirigente “para enseñarles a los dirigentes como debe hacerse”. Es que ella siempre ha sido muy critica de la labor dirigencial en San Pedro de Atacama.

Hasta abril del 2015, seguía manteniendo su decisión, que hizo oficial en una entrevista concedida al Mercurio de Calama: 
"No voy a la reelección, este periodo es más que suficiente. Creo que soy la única mujer alcaldesa que ha durado seis periodos en Chile, en una comuna que era de extrema pobreza y se transformó en una turística y pujante. Ya puedo sentirme satisfecha del trabajo. Sé que hay mucho que hacer todavía, pero creo que voy a dar un paso al lado para que sea otro el que siga esta tarea" decía, entre otras cosas.

En junio en otra entrevista al Mercurio de Calama, volvió a recalcar, aun con mayor énfasis, que no iba a seguir:

“-¿Entonces la decisión de dejar la alcaldía no es definitiva?
-Es definitiva para mí, pero la gente piensa que no.
- ¿Y qué pasará si la gente le exige que se repostule?
-A mí me gusta lo que hago y sé que voy a sufrir al irme. Voy a sufrir si veo que las cosas no se hacen bien, pero también creo y confío en Dios que las cosas se harán bien en el futuro e incluso mucho mejor que yo, pero creo que es bueno que la comuna experimente la mano de otra autoridad. Seis períodos para mí ya es mucho, seis períodos con la mano de Sandra Berna es suficiente.”

Demás está decir que nadie le creyó demasiado.

Si bien hubo rumores circulando, como que se le habría ofrecido ser consejera Nacional Indígena, en el marco de la nueva institucionalidad indígena que se venia fraguando desde comienzos del 2014. También se pensó que podría ser nombrada en algún cargo dentro de la nueva orgánica indígena. Es que nadie concebía que simplemente se “retirara” a sus cuarteles de invierno. 

Claro que todo eso se bloqueó y postergó con los escándalos de corrupción política que paralizaron al gobierno en varias áreas durante el 2015.

Otra idea que circuló, también en junio, y se menciona en la entrevista aludida es que se postulara a alcaldesa, pero por Calama. 

Al final se dio la lógica y Sandra Berna va por un séptimo periodo. 

Claro que no sin dejar algunos heridos en el camino. Como el concejal Rubén Reyes, que aspiraba a ser su sucesor, y que recibió muy molesto la noticia, que le comunicó ella misma, junto a los otros concejales de la nueva mayoría, al terminar la ceremonia de distinciones del 19 de noviembre, en un rincón del Coyo Antay.

Tan molesto quedó Reyes, que al día siguiente la sesión de concejo municipal no se realizó, por falta de quórum, ya que los tres concejales de la coalición de la alcaldesa no se presentaron. En protesta. Solidarizando con Reyes, pero también por su propio malestar, suponemos, ya que tanto Nazario Tito (PS) y Maria Teresa Véliz (PR) tenían o tienen aspiraciones también.

En el caso de Reyes, solo podría ser candidato si primero derrota a Sandra Berna en las primarias internas de la DC y luego en las primarias de la coalición. (Si es que llegan a hacerse)

Los otros dos concejales tendrían que disputar una primaria de la nueva mayoría. Ganarla y así ser candidato a alcalde. No imposible, pero muy, muy difícil.

Claro que el discurso de Berna sigue siendo que ella es una “precandidata”. 

En marzo ya la coalición gobernante debiera tener a todos sus candidatos definidos, así que si hay algún esperanzado en que Berna no vaya a la reelección, tendrá que esperar a esas fechas.

Pero desde agosto está en campaña, en realidad, prometiendo un hospital para San Pedro, idea que surgió en abril. Más recientemente, abogando por el SING y destacando las realizaciones. También preparando nuevas entregas de terreno, clásicos de sus precampañas. Y sobre todo, diciendo a quien quiera oírla, que si va de nuevo es porque la gente lo pide.

Pero la verdad podría ir más por el hecho de que la Democracia Cristiana lo pide. Tras un año fatídico para los partidos políticos, es lógico que las coaliciones busquen a los mejores candidatos para avanzar, además de cara a las elecciones presidenciales y parlamentarias del 2017. 
Ellos saben perfectamente que en el nivel municipal importan más los caudillismos y clientelismos que las atribuciones partidarias. De ahí que no pueden desperdiciar a una candidata como Berna, de la que nadie en San Pedro recuerda que es Demócrata Cristiana. Después de todo, nadie recuerda tampoco que ella se inició en el sillón edilicio como representante de Renovación Nacional. Y después recibió, suponemos, una mejor oferta de la DC. Y el discurso de ella es, generalmente, sobre lo indígena y su pertenencia a la etnia Atacameña. Aunque no ha dudado nunca en anteponer los intereses del estado a los de los Lickanantay. El mejor ejemplo: El museo arqueológico.

Pero es claro que todavía hay muchos que no se percatan, o no quieren aceptar, que ella es una política de tomo y lomo, antes que otra cosa.

La jugada de la DC es obvia. No van a perder una alcaldía que tienen prácticamente en el bolsillo, máxime si no hay, hasta donde sabemos, ningún liderazgo que pueda hacerle el peso, y sumando a eso los rumores de que tendríamos tantos, o mas candidatos que en la elección pasada. 

A esto habría que agregar que tampoco surgió un reemplazante viable que le pueda garantizar blindaje y protección a Berna tras su partida, para ella y su círculo cercano, algunos de los cuales podrían quedarse.

Como están las cosas, es altamente probable que la alcaldesa sea reelegida.
Sandra Berna ha tejido una red bastante fuerte en los 22 años que va a cumplir como alcaldesa. El equipo está fogueado. Sus partidarios, dispuestos. Los buses listos.
Se ve muy difícil que no salga.
La pregunta, quizás, sería: ¿Resistirá San Pedro otro periodo de Sandra Berna?

Así que ha aprontarse. 

Año electoral, año interesante. Año del mono.

Más noticias sobre