En Arica, Tarapacá y Antofagasta:

Cómo se combate el despoblamiento en el altiplano

Son pocos. Hay regiones del norte donde menos del 2% de sus habitantes vive en zonas altiplánicas.

Envie este Recorte Version de impresion de este Reportaje Publicado el 28 de octubre de 2017 Visto 151 veces
Las primeras viviendas sociales en esa zona. Estas en Putre tiene 56 m2

Sus escasos pobladores, "orgullosos de hacer soberanía", en su mayoría son adultos mayores y niños aimaras. También hay quechuas y funcionarios públicos. 

Nidia Carvajal vive a 3.660 metros de altitud, literalmente, rodeada de volcanes y salares. Ella es la encargada del colegio de Ollagüe, poblado que da nombre a una de las comunas más extremas y menos pobladas del país. Tiene unos 350 habitantes permanentes, casi todos son adultos mayores y niños quechuas, y se ubica a 200 km al noreste de Calama, la ciudad más cercana y que está emplazada en la precordillera de la Región de Antofagasta.

Su caso no es aislado y se replica en todo el altiplano distribuido en las vecinas regiones de Tarapacá, y Arica y Parinacota, donde el despoblamiento sigue ganando terreno. Para combatirlo, organismos públicos y privados están desplegando, o están en vías de hacerlo, proyectos enfocados en mejorar la precaria infraestructura y que servicios básicos funcionen durante las 24 horas del día.

En Ollagüe, por ejemplo, se apunta a la inauguración de su primer liceo en 2018. Ahí, los estudiantes solo tienen una escuela con 33 niños que llegan hasta octavo básico. Luego están obligados a migrar para continuar sus estudios.

"Yo hablé con un chiquitito, y dijo que regresaría a un nuevo liceo. Porque además este es pueblo tranquilo, donde no hay mayores gastos", dice Carvajal.

"Hay un quiebre en familias, un problema social", agrega el alcalde Carlos Reygadas, quien añade que luego del cierre de las últimas azufreras, que operaron hasta fines del siglo pasado en la zona, unas 2.500 personas se fueron del pueblo.

Más al norte, en Putre, Juan Huayllas, quien pertenece a la etnia aimara, que predomina en esa localidad ubicada a 3.500 metros de altitud y a 140 km de Arica, la ciudad más cercana, recalca: "Acá hacemos patria".

Según el Censo de 1982, ahí vivían 3.356 personas. Hoy sus habitantes apenas superan los dos mil.

Mientras en la cercana Visviri, a 4 mil metros de altitud, el foco en infraestructura y servicios básicos fue puesto en la instalación de redes de agua potable rural, que hoy superan los 3 km en tuberías, en Putre, la prioridad es la construcción de las primeras viviendas sociales en esa zona.

El Ministerio de Vivienda informó que el conjunto habitacional Taapaca Marka -llamado así en honor a un volcán cercano- tiene un 75% de avance y demandará una inversión superior a los $1.400 millones.

Son 33 casas con pertinencia cultural, con ventanas pequeñas para resistir el mal tiempo. "Piedras extraídas de canteras, de origen volcánico, serán parte de la estructura de casas y, a modo de pavimento, parte de la urbanización de calles y pasajes", explica Juan Arcaya, director del Serviu en Arica.

A lo anterior se suman proyectos de electrificación, que se replicarán en Tarapacá, en Colchane, a 3.670 metros de altitud y a un costo de $5.171 millones. También habrá emprendimientos científicos que potenciarán la agricultura. "Somos puros viejos, y no podemos trabajar la tierra como antes", dice Dorotea Cayo, habitante de Chiapa.



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