Cómo el nuevo plan progresista de Chile para extraer litio enfrenta obstáculos indígenas

Envie este Recorte Version de impresion de este Reportaje Publicado el 20 de julio de 2023 Visto 167 veces

Por Alexander Villegas

Desierto de atacama, Chile, 20 jul (reuters) - El millennial presidente chileno, Gabriel Boric, prometió una minería diferente, que convertiría al mayor productor mundial de cobre y segundo mayor de litio en un país comprometido con la responsabilidad ambiental y social.

Cuando Boric anunció en abril su ambicioso plan para que el Estado tenga un mayor control de la industria del litio y aumentar la extracción de este componente clave para baterías de autos eléctricos, se comprometió a hacerlo con tecnología adelantada, respetuosa del medio ambiente y que hablaría personalmente con las comunidades indígenas locales.

Pero las comunidades que viven en torno a los salares del norte de Chile, alguna vez estrechamente agrupadas bajo un Consejo y ahora a menudo en desacuerdo, son escépticas y puede resultar más difícil trabajar con ellas de lo que había planeado el gobierno en un distante Santiago.

En entrevistas con Reuters, algunos líderes dijeron que exigirían que se les otorguen más ganancias, mientras que otros dijeron que se resistirían a cualquier nueva minería de litio.

"Estamos en el desierto más árido y lo que tenemos de agua y vegetación a cambio de una batería de litio, nos va a costar quedarnos sin nada", dijo Francisco Mondaca, ingeniero civil y jefe de la unidad ambiental del Consejo Indígena de Atacama.

“Tu no puedes sacrificar una zona para satisfacer otra”

Chile posee las mayores reservas globales de litio, el 90% de las cuales están en el desierto de Atacama. El país busca capitalizar el auge de la demanda por las baterías del codiciado metal, de parte de fabricantes de autos, incluidos Tesla y BMW, así como de compañías de energías renovables.

Pero otros países han avanzado más rápido en la expansión de la producción de litio en los últimos años. Actualmente, solo dos empresas - la local SQM y la estadounidense Albemarle - extraen litio en el país.

El plan de Boric prevé expandir la minería con sociedades público-privadas controladas por una firma estatal. El Gobierno empezó a negociar el control con SQM y planea hacerlo con Albemarle antes de que expire su contrato en 2043.

El litio se extrae a través de enormes estanques de evaporación de salmuera que, según lugareños y ambientalistas, alteran la capa freática y dañan las poblaciones de flamencos y otra vida silvestre.

El nuevo plan del Gobierno busca emplear la extracción directa (DLE), una tecnología que promete ser más sostenible al reinyectar la salmuera tras extraer el mineral.
Pero la DEL no está comercialmente aprobada y los lugareños no están convencidos.

"Lo que me preocupa es que se venda un producto como la solución sustentable para el mundo, cuando no es así", dijo Mondaca.

Divisiones internas

El terreno rocoso y hostil de Atacama que la NASA usa para simular Marte ha sido habitado por el pueblo Lickan Antay durante al menos 1.500 años.

Sus comunidades brotaron a lo largo de oasis turquesas rebosantes de litio en sus profundidades. Uno de ellos, el Salar de Tara, se encuentra en un área de biodiversidad cubierta de antiguas puntas de flecha, cerámica y otros restos arqueológicos y forma parte de la Reserva Nacional Los Flamencos.

Cristian Espíndola, quien supervisa las patrullas y la seguridad en el salar de Tara para la comunidad local de Toconao, dijo que no veía mucha diferencia entre el Gobierno actual y el anterior, y criticó a la administración de Boric por anunciar su plan antes de consultar con la comunidad local.

"Pasa que el Estado chileno entonces empieza a vender este litio sin preguntarnos a nosotros como pueblo originario, la gente que vivimos acá, los dueños de casa, el pueblo Lickan Antay", dijo Espíndola, quien calificó la medida de "irresponsable" y una continuación de la política anterior.

"Esta tónica que hace el Estado chileno con el pueblo originario no cambia” dice Espíndola. “Cuando se quieren instalar nuevas mineras, pasan por encima de las comunidades", agregó.

Si bien Atacama cuenta con instalaciones mineras de última generación, observatorios y centros turísticos con restaurantes y tiendas de artesanías, muchos pueblos indígenas vecinos solo tienen caminos de tierra accidentados, edificios sin terminar y una infraestructura deficiente.

"En Toconao no hay agua potable ni centro de salud, tenemos cortes de luz", dijo Espíndola. “¿Dónde están los beneficios para la comunidad indígena?"

Espíndola dijo que las comunidades indígenas de Atacama vivían y se gobernaban de manera diferente al gobierno federal y tenían un conjunto de prioridades centradas en el medio ambiente, la cultura y la preservación de su forma de vida.

"Creo que la política del litio se va a encontrar con la política indígena distinta y ahí habrá un choque", opinó.

Tanto Espíndola como Mondaca dijeron que la mayoría de los miembros de la comunidad se oponen a la expansión de la minería de litio en la región.

Cuando se le preguntó si el Gobierno continuaría con la expansión planificada si las comunidades se opusieran, el Ministerio de Minería no quiso hacer comentarios. La cartera dijo que se toma en serio las relaciones con las comunidades indígenas y es por eso que Boric se reunió con ellos en persona.

Durante una conferencia de prensa que siguió a la primera reunión con representantes indígenas, el 30 de junio, Boric dijo que estaba "optimista" y que se había acordado "el desarrollo debe ser integral, sostenible y hacerse con respeto al medio ambiente y las comunidades".

El mandatario dijo que el Gobierno abordaría problemas como la falta de electricidad y agua potable en la región y dijo que el Ministerio de Minería continuaría con las conversaciones con las comunidades.

Convertirse en socio del estado

Algunos líderes indígenas dijeron que estaban abiertos a apoyar la extracción de litio a un precio justo.

Yermin Basques, presidente de Toconao, dijo que estaba presionando para que la comunidad reciba una mayor participación en las ganancias y sea un "socio estratégico" en la empresa estatal de litio.

“Queremos tener ganancias, ganancias compartidas como socios estratégicos porque somos dueños del territorio”, dijo.

Agregó que quiere que las comunidades se involucren en la toma de decisiones y promuevan inversiones en agricultura, turismo y otros proyectos que brindarán beneficios a la comunidad después de que desaparezca el auge del litio.

La propuesta cuenta con el apoyo de algunos miembros del Consejo de Pueblos Atacameños, una agrupación comunidades formada en 1995 donde las decisiones se toman por un voto de mayoría.

Desde 2017, Albemarle ha entregado el 3,5% de sus ventas cada año al consejo, dividido en partes iguales entre las 18 comunidades miembros.

"Eso ha llevado a desacuerdos", dijo Alonso Barros, un abogado que ayudó a negociar el acuerdo. "Hay comunidades que tienen diez personas, pero que reciben dos millones de dólares al año y hay otros que tienen 3.000 y reciben lo mismo".

Algunas comunidades ahora planean tener negociaciones individuales con el Gobierno, pasando por alto al Consejo. Esto sigue el modelo que ha tomado SQM, logrando pactos individuales con las comunidades más cercanas a su operación.

Rolando Humire, un expresidente del consejo que reunió a las comunidades para firmar el acuerdo de Albemarle, dijo que le tomó casi cinco años lograr que todos se unieran.

"Fue un proceso lento, fueron años de diálogo, años de conversaciones sin siquiera discutir cuanto íbamos a pedir", dijo Humire. Las comunidades han aprendido que legalmente pueden retrasar proyectos hasta que se cumplan sus demandas, dijo.

"No creo que vayan a implementar lo que quieren en Atacama", dijo Humire. "Las comunidades tienen poder, pueden armar una oposición, tienen recursos para contratar abogados. Un proyecto judicializado puede ser retrasado por años”.

Mauricio Lorca, investigador de la Universidad de Atacama especializado en minería y comunidades indígenas, dijo que espera que las negociaciones sean "increíblemente complejas" y que el plan de Boric mostró una falta de comprensión de la realidad sobre el terreno.

"Lo que Boric trató de hacer, desde mi punto de vista no es una estrategia, sino tratar de dejar contentos a todos. Pero finalmente dejó contentos a bastante pocos", dijo.



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