Investigadores de México estudian el riesgo de erupciones volcánicas junto a comunidades de la región

ANÁLISIS. El equipo ha recorrido los volcanes Lastarria, Ollagüe, San Pedro, Lascar, Socompa tomando muestras.

Envie este Recorte Version de impresion de este Reportaje Publicado el 16 de febrero de 2024 Visto 34 veces
EL GRUPO DE INVESTIGADORES QUE SE ENCUENTRA ESTUDIANDO LOS VOLCANES QUE ESTÁN EN LA REGIÓN DE ANTOFAGASTA
EL OBJETIVO ES VER LOS RIESGOS QUE PUEDEN TENER LAS PERSONAS QUE ESTÁN CERCA DE UN VOLCÁN

Recolectando rocas que han salido desde las profundidades de un volcán, o aquellas cercanas al cráter y enfrentando circunstancias como la falta de oxígeno desde inmensas alturas. Así ha trabajado un grupo de científicos del Instituto Milenio de Investigación en Riesgo Volcánico - Ckelar Volcanes para conocer los riesgos que puede tener la población ante una erupción.

"La Región de Antofagasta tiene alrededor de 20 volcanes que son activos o potencialmente activos. De estos 20 hay algunos que tienen más manifestaciones que otros, por ejemplo, el Lastarria tiene fumarolas, el Ollagüe también. Son volcanes que están activos emitiendo gases. Pero por ejemplo, el volcán Lascar tuvo una erupción importante en 1993, que ha sido la última erupción más importante en la región y que fue bastante grande: produjo flujos piroclásticos, una fumarola grande y una columna de cenizas", mencionó el doctor en vulcanología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e investigador de Ckelar, Amiel Nieto, que estudia estos lugares junto a una estudiante de doctorado Ivonne Martínez, también proveniente de México.

Según Nieto el Lascar merece mayor atención al ser el más activo del norte chileno, ya que los flujos piroclásticos -que causó en 1993- son nubes de cenizas y gases calientes sobre los 500º que pueden alcanzar velocidades de 300 kilómetros por hora, expandiéndose entre 10 a 12 kilómetros alrededor. Mientras que, en erupciones, rocas pueden caer entre 5 a 8 kilómetros alrededor, las cuales localizan los investigadores para estudiarlas.

"Una roca grande, lanzada muy lejos, es porque la erupción fue muy violenta, muy grande. Una roca pequeña, lanzada cerca, pues es de una erupción más pequeña. Entonces se hacen ese tipo de análisis que se llama granulometría para determinar el tamaño de las erupciones y luego se hacen análisis químicos que te dan el origen de la roca", explicó el vulcanólogo Amiel Nieto.

Estos análisis les permiten crear mapas de riesgos que explican el alcance en daño que puede tener una erupción, como lo hace este equipo en la zona. Para ello se deben realizar caminatas de hasta ocho horas para ir a instalar un equipo en un lugar sin caminos, cargando baterías y paneles solares.

"En todo el mundo, la gente que vive cerca de los volcanes, tiene una cosmovisión diferente a la gente que vive en las ciudades. Entonces, para muchas comunidades, no nada más en Chile, también en México, en Guatemala, en otros lugares, los volcanes llegan a ser sagrados (…). Se habla con el representante de la comunidad, se le explica los objetivos de los proyectos y ellos te dan el permiso y muchas veces te acompañan, suben también. Te ayudan a hacer los análisis, los estudios, e incluso te piden que hagas otros estudios que ellos necesitan. Entonces siempre para trabajar en cualquier volcán es muy importante hacerlo con las comunidades", comentó Amiel Nieto.

Volcán del Sur

El equipo de Ckelar está conformado por más de 50 personas y participan en él la Universidad Católica del Norte (UCN), Universidad de Chile y Universidad de Concepción (UdeC) realizando estudios en el país, los cuales también se efectuaron en la región del Maule, donde monitorearon los lahares (aluviones que se forman del flujo volcánico al contacto con lagos y ríos) en el volcán Planchón.

"Hemos trabajado allá en el Planchón en un fenómeno que es muy particular que se llaman lahares, que son flujos de lodo y rocas. Y bueno acá en el norte en el volcán Ollagüe, en el Socompa, en el Lastarria, en el Lascar y en el San Pedro. En esos me he involucrado, pero el instituto trabaja los demás", dijo Amiel que estuvo en este trabajo en el sur antes de llegar a Antofagasta y continuará estudiando volcanes de México y Guatemala.

"El nivel de exposición de la población en el altiplano es baja, pero si hay mucha infraestructura. Están las vías del tren, las minas de cobre, los salares, los telescopios. Toda esa infraestructura genera fuentes de empleo y la riqueza de las ciudades. Entonces, aunque haya poca población directamente expuesta, si hay mucha infraestructura que, en caso de resultar dañada, pues tendría afectaciones a la economía regional", concluyó el vulcanólogo.

"En todo el mundo, la gente que vive cerca de los volcanes, tiene una cosmovisión diferente a la gente que vive en las ciudades". Amiel Nieto, Investigador Ckelar



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