La entidad pública descentralizada que lidera el vicepresidente ejecutivo José Miguel Benavente evitó polemizar con la minera no metálica. La compañía lanzó un plan de inversiones por US$ 1.500 millones para el Salar, pero advirtió que las mejoras tecnológicas previstas dependen de un contrato con Corfo que impone “limitantes a inversiones”.
Esa es la escueta la declaración que emitió esta mañana la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) frente a una serie de preguntas que envió Pulso tras el reciente anuncio de SQM de invertir US$1.500 millones en el Salar de Atacama, un programa condicionado a una renegociación de contratos con el organismo estatal.
La entidad pública descentralizada que lidera el vicepresidente ejecutivo, José Miguel Benavente, evitó así polemizar con la minera no metálica ligada a Julio Ponce Lerou. Ello, luego que esta última advirtiera ayer en un comunicado que el contrato con Corfo impone “limitantes a inversiones”.
En dicho mensaje, SQM sostuvo que “los cambios propuestos son disruptivos y complejos”, por lo que sus impactos, deben ser analizados por las autoridades, los organismos regulatorios y las comunidades que rodean al proyecto y que los plazos para las ingenierías, los permisos ambientales y los periodos de inversiones son extensos. “Por lo tanto se hace imprescindible empezar este proceso a la mayor brevedad posible”, enfatizó la compañía.
Al respecto indicó que “los términos vigentes del contrato entre Corfo y SQM imponen ciertas limitantes a inversiones de mediano y largo plazo y, por tanto, a la implementación de mejoras tecnológicas, lo que se transforma en un factor que debe ser analizado en forma seria”.
La relación de Corfo y SQM es de larga data. La empresa privada adquirió el proyecto Salar en 1993 y desde esa fecha arrienda a Corfo las pertenencias mineras que explota en el Salar de atacama. Si en principio Corfo cobraba un 6,8% de las ventas de litio como pago de arrendamiento, en 2018 la Corfo forzó una negociación en la que subió a 40% la tasa marginal cuando el precio supere los US$ 10 mil la tonelada. Y el valor en el segundo trimestre de este año saltó a US$ 54 mil la tonelada. A cambio, elevó la cuota de producción permitida hasta 2030, cuando vence su contrato. SQM ha elevado su capacidad desde 45 mil toneladas anuales a 150 mil toneladas.