Cinco claves de una dura semana para la acción de SQM

Envie este Recorte Version de impresion de este Reportaje Publicado el 14 de octubre de 2022 Visto 153 veces

El papel más relevante del IPSA se desplomó -10%, en medio de señales contradictorias respecto a los precios del litio. Una dura semana cerró este viernes la acción de SQM, con un desplome del -10% entre lunes y viernes en lo que bastante tuvo que ver una alerta “amarilla” de Morgan Stanley respecto a los precios exportados de la minera no metálica.

De acuerdo al banco, durante septiembre los precios de la materia prima vendida en China por la empresa anotaron una baja desde US$70.000 a US$ 55.000 la tonelada.

Pero tras desplomarse casi -6% este miércoles en conjunto con el reporte, apareció una mano "salvadora" para el papel: la del controvertido Julio Ponce Lerou, quien salió al rescate con una masiva compra de acciones que, solo este jueves, explicó en torno a la mitad de sus montos transados.

En dicha jornada, la acción escaló 2,5%. Sin embargo, este viernes, el título de la minera no metálica se contrajo otro -1,6%, en medio de las turbulencias en el mercado global (Albemarle cayó -7,2% en Nueva York). La acción estrella del IPSA {ACCION SQM-B;2}, que ha subido 84% este año (incluyendo dividendos), se está enfrentando a señales contrapuestas.

A continuación, cuatro claves que tironean al papel de uno y otro lado:

1. EL BAJISTA MORGAN STANLEY

Morgan Stanley, un conocido de SQM por contradecir más de una vez la percepción de euforia del mercado en torno a la firma, esta vez lo hizo de nuevo. Y para ello, apuntó a algunas cifras: “los datos de exportación de SQM en septiembre llegaron con una caída tanto en volumen (-10% mensual) como en precios (-11% mensual), particularmente en China (de US$ 70.000 a US$55.000 la tonelada, -21% mensual, el nivel más bajo desde principios 2022)”, dijo la firma.

Y aseguró que la “caída de precio de SQM en China está impactando tanto al carbonato (de US$ 70.000 en agosto a US$55.000 la tonelada en septiembre) como al hidróxido (de US$ 69.000 a US$ 50.000 la tonelada)”.

No existe claridad en torno a los motivos que habrían sustentado este retroceso. Una de las teorías detrás de la caída de los volúmenes y precios de SQM del mes pasado, según Morgan Stanley, es la de un envío fallido en particular (lo que habría distorsionado el precio general).

También que la empresa podría estar reteniendo su capacidad de oferta para sostener los precios del “oro blanco” o, lo peor, “una posible desaceleración de los autos eléctricos que podría resultar en un efecto de dominó en la cadena de valor del litio”, dice.

“Seguimos subponderados en SQM porque creemos que las expectativas son demasiado altas en el punto alto del ciclo y porque las acciones tendrán un rendimiento inferior cuando el precio del litio comience a caer en 2023”, dijo la firma, cuyo precio objetivo es de US$80 por ADR (este viernes cerró en US$82,6 ).

“En nuestra opinión, las expectativas de largo plazo están desconectadas de los fundamentales, y esperamos una corrección severa una vez que la curva de costos vuelva a ser una referencia. Al precio actual, el riesgo-recompensa se ve negativo, impulsado por los escenarios de renovación de arrendamientos del Salar de Atacama en 2023”, dijo aludiendo a las dudas en torno a esta crucial fuente de ingresos para la compañía.

2. REFERENTE EN MÁXIMO HISTÓRICO

Pero, en un contexto en que existen distintos índices de referencia de los precios del litio a nivel global (siendo los de SQM uno de los principales), otro benchmark está mostrando que la euforia sigue en pie. El precio del litio al contado en China, con pureza del 99,5 %, de Asian Metal, subió 1,9% este viernes, a un nuevo máximo de 537.500 yuanes (US$ 74.746 la tonelada).

“El suministro de litio continúa apretado en medio de la creciente demanda y la falta de nuevos proyectos de minería y refinación para satisfacerla”, dijo Benchmark Minerals Intelligence, según Bloomberg. “Es probable que los precios más altos se filtren a largo plazo a medida que se reestructuran los contratos entre mercados emergentes y los mineros”.

Los precios del litio ahora suman una tendencia al alza durante 24 meses consecutivos, según Rho Motion. Esto, a medida que el mercado de vehículos eléctricos continúa expandiéndose, con ventas globales que alcanzaron el millón por primera vez en septiembre, destaca.

Los altos precios, sin embargo, están presionando a la demanda, puntualmente a los fabricantes de automóviles, algo que podría tener consecuencias. Se está "ejerciendo más presión en los fabricantes de automóviles y se suman a las dificultades de costos para lograr sus objetivos de electrificación”, advirtió Bechnmark Minerals Intelligence, según el sitio Mining. com.

3. LA CORRIENTE PONCE LEROU

Bajo este escenario, Julio Ponce Lerou, el accionista más relevante de SQM, salió a comprar $47.234 millones en acciones este jueves, en una sesión en la que SQM rebotó 2,5%.

En el pasado, sus compras han reflejado señales para el mercado. Durante 2018, entre marzo y junio, compró acciones de SQM-B a través de Pampa Calichera. Lo hizo por $170.000 millones a un precio promedio $31.399 por papel. Y si bien en los 12 meses siguientes el papel registró una caída de -30,9 %, dicha inversión, de no haber sido objeto de cambios, evidenciaría una ganancia de 156%.

Durante marzo de 2015, compró $3.447 millones a un precio promedio de $11.474 por título. En un año, dicha apuesta dio cuenta de una ganancia de 19%, y a la fecha implicaría una rentabilidad del 597%. & Entre enero y marzo de 2011, a su vez, Ponce Lerou compró $97.720 millones a través de Pampa Calichera, a un precio promedio de $27.885 por papel. Al considerar los 12 meses siguientes, la diferencia a favor fue del 1,4% y, a la fecha, es de 186%.

4. CAÍDA COMO OPORTUNIDAD

En medio de la reciente caída de SQM, algunas corredoras vieron el movimiento como una oportunidad de compra. BCI Equity Research, por ejemplo, aumentó la exposición a la acción de SQM en su cartera fundamental desde el 10% al 25%.

“Proyectamos un significativo aumento en la demanda internacional del litio por parte de China como consecuencia de una mayor penetración de la electromovilidad en la población mundial”, indicó. “Consideramos que durante 2023 los precios del resto de los commodities que comercializa la compañía se mantendrían elevados”.

Por su parte, el departamento de estudios de la estadounidense Morningstar también discrepó de Morgan Stanley. “Vemos la liquidación como una oportunidad para que los inversores adquieran productores de litio de alta calidad con un buen descuento.

A su juicio, “Albemarle, Livent y Sociedad Química y Minera cotizan en territorio de 4 (de 5) estrellas y consideramos que las tres acciones están infravaloradas”, dijo. “Creemos que el mercado pronostica que los precios al contado del litio, que actualmente rondan los US$ 74.000 la tonelada métrica de carbonato, caerán significativamente en 2023 a medida que ingrese nueva oferta al mercado.

Sin embargo, señalamos un fuerte crecimiento de la demanda por el aumento de las ventas de vehículos eléctricos como el motor que mantendrá los precios altos”. Morningstar “continua pronosticando que los precios del litio promediarán US$ 70.000 por tonelada métrica en 2023", señaló.

5. OTRA ALERTA BAJISTA

Pero no solo Morgan Stanley se ha mostrado bajista con los precios del litio, sino también la alemana Berenberg. Este jueves, el departamento de estudios europeo proyectó una caída rumbo a los US$ 21.000 la tonelada en los precios del carbonato de litio en los próximos años.

“Podemos estar cerca de un cambio de tendencia en los precios del litio. Para 2023 la oferta en capacidad aumentará en 215.000 toneladas de carbonato de litio equivalente, en nuestra opinión, suficiente para satisfacer nuestro aumento esperado en la demanda de 196.000 toneladas de carbonato de litio equivalente ese año y para mantener los niveles de utilización de las fábricas bajo control”, dice Berenberg.

“Nuestro modelo revisado de oferta y demanda indica que las tasas de utilización comenzarán a disminuir en las fábricas significativamente en 2024. Para 2025, esperamos que los precios del litio vuelvan a estar por debajo de US$ 21.000 /tonelada”, dice.

En este contexto, bajó la recomendación del rival de SQM, la estadounidense Albemarle, desde comprar a mantener. “Nuestro modelo implica para Albemarle un punto máximo de rentabilidad en 2024 y un deterioro significativo en 2025, debido a la rápida caída de los precios del litio que esperamos”. Al mismo tiempo, Berenberg advierte grandes riesgos para la demanda de autos eléctricos.

“Hay dos riesgos para las ventas de vehículos eléctricos (EV) en 2023 (con 14,9 millones de unidades). Primero, la alta inflación y una desaceleración global en 2023 pueden afectar la asequibilidad de los hogares con respecto a una compra importante, como un nuevo automóvil eléctrico”, señala.

Por otro lado, “estimamos que los elevados precios actuales del litio también podrían afectar la asequibilidad, ya que calculamos que contribuyeron con un aumento del 39% en el costo de un paquete de baterías, el componente más costoso de un auto eléctrico”, dice. En este contexto, “la destrucción de la demanda podría ocurrir a medida que los altos costos continúen repercutiendo en los precios minoristas de los vehículos eléctricos”, advierte.

Resumen

“Seguimos subponderados en SQM porque creemos que las expectativas son demasiado altas en el punto alto del ciclo y porque las acciones tendrán un rendimiento inferior cuando el precio del litio comience a caer en 2023”, dijo la firma, cuyo precio objetivo es de US$80 por ADR (este viernes cerró en US$82,6).

“Creemos que el mercado pronostica que los precios al contado del litio, que actualmente rondan los US$ 74.000 la tonelada métrica de carbonato, caerán significativamente en 2023 a medida que ingrese nueva oferta al mercado., Para 2023 la oferta en capacidad aumentará en 215.000 toneladas de carbonato de litio equivalente, en nuestra opinión, suficiente para satisfacer nuestro aumento esperado en la demanda de 196.000 toneladas de carbonato de litio equivalente ese año y para mantener los niveles de utilización de las fábricas bajo control”, dice Berenberg.



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