Tierra de nadie “pega es pega amigo”

Sobre la invasión turística a otros sectores del Salar

Envie este Recorte Version de impresion de este Reportaje Publicado el 29 de enero de 2015 Visto 152 veces

Al interior del Salar de Atacama existe un maravilloso lugar llamado  Laguna Cejar, sus aguas con gran contenido de sal posee un gran efecto de flotación lo que hace del baño una relajante y divertida experiencia, todo se complementa con el bello paisaje de aguas turquesas, volcanes y la grandeza del salar.

Muy bonito lugar que cualquiera quisiera conocer, el problema radica en su valor, treinta mil pesos por persona por el tour y otros treinta mil pesos por persona para la entrada al recinto, realmente alto su valor. A primera instancia uno tendería a pensar que es un negocio, pero averiguando las razones no son para nada turísticas ni comerciales, las razones son por temas de protección, si protección, hace ya tiempo que esta laguna es visitada y la cantidad de personas que hacían uso de ella era tanta que llego un punto en el cual supero la capacidad de carga del lugar.

Gente de la zona al notar mi interés sobre el tema me contaron que hace poco se realizó un estudio el cual reflejo la cantidad de “basura fina” que contenía la laguna es decir celulares, lentes, cámara incluso joyas como anillos y aros. Por otro lado el bloqueador solar utilizado por las personas termino por afectar la composición del agua de la laguna y con eso ir mermando la proliferación de micro organismos propios de esas aguas y afectar el ecosistema.

Con esta información me pareció buena la medida y mi opinión referente al tema cambio completamente, por fin la conservación le gana el lugar al turismo crudo de la zona. No obstante sin dar muchos pasos lejos de la agencia se acerca una joven y me ofrece lagunas místicas.

Fue una sorpresa, era una opción muy similar a la Laguna Cejar y a un precio mucho menor, además con el argumento de que eran lagunas descubiertas hace unos pocos días y  de gratis acceso, ni tonto ni leso contrate el paseo con el fin de averiguar de qué se trataba.

Obviamente  y es bien sabido, el comercio siempre busca las formas para llevar a cabo su función vender y vender, la llegada a las lagunas fue un viaje más menos de una hora lo cual me dijo que era verdad, eran lagunas que no eran usadas, porque ni camino existía solo una huella de auto provocada por los buses de transporte de las distintas agencias que atravesaban el desierto.

El lugar era hermoso 6 bellas lagunas azules y celeste rodeadas por campos de sal, sin lugar a duda ese lugar permaneció mucho tiempo sin visitantes, conversando con el guía de nacionalidad venezolana le comente el tema del uso responsable y me alegro escucharlo decir que él por lo menos intenta seguir siempre la misma huella porque esta consiente del daño que se le hace al lugar, pero lamentablemente no puede hablar por los otros guías.

La gente camina libremente sobre los campos de sal, se lleva rocas y deja basura o  el viento se lleva muy lejos bolsas y papeles. Esta es la opción a Laguna Cejar, la iniciativa de querer proteger un lugar da pie a la apertura de otros sitios que permanecían ajenos a esta problemática y como me dijo el guía “pega es pega amigo”.



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