Aumento de temperaturas altera reproducción de especies locales

Vicuñas adelantan apareamientos y cambia conducta de la fauna

Envie este Recorte Version de impresion de este Reportaje Publicado el 02 de febrero de 2016 Visto 150 veces
Santoro asegura que, con el tiempo, los humanos tendrán que acostumbrarse a sequías y mayor frecuencia de eventos catastróficos.
El bebé lobo marino solitario en playa grande que fue rescatado

El fenómeno de El Niño, que aumenta el promedio de las temperaturas, paulatinamente ha modificado la biodiversidad de la Segunda región desde el altiplano a los roquerios del océano, provocando cambios en el comportamiento de la fauna.

En el caso de las territoriales vicuñas, que privilegian lugares sobre los sobre los 3 mil metros sobre el nivel del mar, adelantaron su periodo de apareamiento por el aumento de las altas temperaturas.

Esto lo ratifica el director regional de la Conaf, Alejandro Santoro, pues durante la semana pasada, en un trabajo en Los Andes, observaron una frecuencia importante de crías de vicuñas. Situación poco común en esta fecha en comparación a años anteriores. 

Según Santoro "esto va asociado al aumento de temperaturas, porque los animales son capaces de percibir esto anticipadamente y, en consecuencia, van adelantando su ciclo reproductivo".

¿Disminuye la población de vicuñas? "En términos graduales sí, porque en la Cordillera de Los Andes hoy está cayendo menos agua en el norte de Chile, lo que implica una menor oferta hídrica en la zona de bebederos", dijo Santoro.

Y complementó con que esta disminución baja la cobertura de la zona y la producción de vegetación para su alimentación. Técnicamente hay efectos en las condiciones que favorecen la sobrevivencia, a largo plazo, de las vicuñas en el altiplano.

En ese aspecto, Santoro recalcó tomar en cuenta que "al 2050 la temperatura promedio de Los Andes podría subir entre 0,5° a 1,5°. Ese aumento va a generar gradualmente cambios en el ecosistema, por eso los animales tendrán que irse adaptando a estas condiciones. A lo mejor una población de vertebrados tenderá a reducirse para adaptarse a las condiciones de menor disponibilidad de alimento y así preservarse", dijo.

Costa

El 24 de enero, en Playa Grande, un lobo de mar bebé solitario conmovía a los veraneantes mientras luchaba contra las marejadas al mediodía.

Posteriormente, cerca de las 18 horas, fue rescatado por Sernapesca y lo llevaron a un refugio marino de la UA.

Este caso es otra muestra de las consecuencias del aumento de temperaturas que provoca El Niño, porque al traer corrientes cálidas disminuye la surgencia costera de las aguas frías, que son las que aportan nutrientes para el fitoplancton: la microvegetación del mar.

Esto puede explicar que la madre del pequeño lobo no estaba bien alimentada para amamantarlo.

"Las aguas frías traen nutrientes para el fitoplancton que sirve de alimento a peces y larvas. Entonces fallando el ciclo de los nutrientes hay menos alimentos para los filtradores como anchovetas, sardinas y entonces migran o se adelgazan, o se profundizan y quedan fuera del alcance de los depredadores como los lobos marinos y aves, porque el mar se empobrece", precisó el director del Centro Regional de Estudios y Educación Ambiental (CREA) de la UA, Carlos Guerra.

A la lista de animales con menor oferta de alimento por las altas temperaturas, Guerra, sumó al cormorán guanay, piqueros, pelícanos, garumas, entre otras aves. "Por estos efectos ellos se enferman, mueren o se desplazan", dijo el biólogo de la UA.

Guerra destacó que las especies señaladas pasaron por eventos severos de El Niño en 1982 y 1997, superando las circunstancias del fenómeno.

"El fenómeno de El Niño ocurre hace miles de años y los animales que tenemos vivos han sobrevivido una y otra vez".
Carlos Guerra, director, CREA UA

"Una menor disponibilidad de agua y el aumento relativo de temperatura en Los Andes va a generar un nuevo escenario".
Alejandro Santoro, director Conaf

 

Caminantes del Desierto, agrupación Ecológica y Cultura de Afta.

"EL SOL Y LA CORDILLERA COSTERA"

Las precipitaciones de 2015 nos permitieron presenciar el renacer de la vida en nuestra cordillera costera, con cientos de especies que mostraron sus galas de colores y liberaron sus aromas en las alturas de Antofagasta. Esa flora que no sólo fue expresión de vida por sí misma, además, atrajo a insectos, aves y mamíferos.

Esta vegetación se marchitó, dejando en las grietas y en la arena su carga genética expresada en semillas. Deben saber que la gran mayoría de nuestras especies de flora son estacionales, duran sólo la temporada primaveral y algo más.

Este aumento en la temperatura, expresado a inicios de 2016, da paso a climas que se vuelven más extremos y cambios en los recursos hídricos ya escasos en nuestra zona.

En estas situaciones la supervivencia de las especies dependerá, en gran medida, de la habilidad de adaptarse a las nuevas condiciones. Es decir: migrando a otro hábitat, cambiando pautas de comportamiento o a través de modificaciones genéticas.

Si estos cambios no son graduales, podemos ser testigos de la disminución de la biodiversidad en algunos sectores de nuestra comuna y región e incluso la extinción de algunas especies.

Por eso debemos continuar con nuestra tarea de recopilar la mayor cantidad de información sobre nuestra flora y fauna. Y así, con el tiempo, tendremos la capacidad de concluir si nuestra biodiversidad tiene un componente de riesgo mayor que la acción del hombre.

Recordar que los efectos de la naturaleza sobre la naturaleza son graduales. Los efectos del hombre son inmediatos y destructivos al máximo.



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