Nuevo Museo Le Paige: Muy lejos de ver la luz

El edificio que reemplazaría los pabellones que el sacerdote Gustavo Le Paige inauguró en los años 60 debía estar listo el año pasado. Pero desde que su construcción se anunció, en 2014, las obras han sido golpeadas por paralizaciones y conflictos. A estos se suman, asegura la constructora Procoin, irregularidades en el terreno.   Daniela Silva Astorga  

Expectativas y realidad van por caminos opuestos. 

Donde debiera haber un moderno edificio de 5.900 m 2 y en línea con la normativa vigente para la conservación de acervos arqueológicos, lo que hoy existe en San Pedro de Atacama es un Museo Gustavo R.P. Le Paige casi totalmente desmantelado, solo protegido por un cerco que indica obras arquitectónicas. Pero ahí no hay movimiento. Hace más de un semestre se suspendieron los trabajos de construcción de un inmueble diseñado por Iglesis Prat y TAU 3 Arquitectos, y financiado por el Gobierno Regional de Antofagasta (Gore), que la empresa Procoin -que se adjudicó el proyecto vía licitación- debía tener listo a inicios del año pasado.

¿Qué sucedió? Al atraso, consecuencia de paralizaciones por denuncias de arqueólogos y pleitos con comunidades indígenas, se sumó el embalaje de las 380 mil piezas de la colección, luego trasladadas a depósitos temporales. Esa etapa tardó el triple de lo estimado -hasta junio de 2016-, demorando el resto de la 1ª fase (demolición) y, por supuesto, la segunda (edificación).

Sin embargo, irregularidades en el terreno dispuesto para el museo fueron la máxima piedra de tope para la constructora Procoin, que demandó a la Municipalidad de San Pedro de Atacama, representada por el edil Aliro Catur, y al Gore de Antofagasta, a cargo del intendente Arturo Molina. Sin resolución judicial, los trabajos continuarán detenidos.

La demanda interpuesta por Procoin -inicialmente ante el 1er Juzgado de Letras de Calama, hoy en el 2do Juzgado de Letras Civil de Antofagasta- explicita que el edificio del nuevo museo sobrepasa los límites del terreno que posee la Universidad Católica del Norte (UCN), también dueña del acervo arqueológico de Le Paige.

Denuncia irregularidades en tres deslindes de la propiedad, lo que afectaría a un privado, Luis Ortega Laferte; al Ministerio de Bienes Nacionales, y a la parroquia de San Pedro, propietarios de los otros dos paños. Esto aparentemente existe desde 2003, cuando se remodelaron los pabellones que el sacerdote jesuita Gustavo Le Paige inauguró a inicios de los años 60.

La demanda, además, especifica que la constructora le comunicó esto a la municipalidad, recibiendo -22/06/16- la respuesta del director de Obras de entonces, quien tras las elecciones municipales dejó su cargo, tal como Sandra Berna, alcaldesa que inició el proyecto.

"El terreno sobre el cual se debe ejecutar la obra -apuntó el director- es aquel que fuera debidamente individualizado durante la licitación, según dan cuenta los planos de emplazamiento y arquitectura. Siendo obligación de la empresa proceder a la ejecución".

Negándose a esto, Procoin demandó para poner término anticipado al contrato -que expira en marzo de 2018- y solicitó, junto a una indemnización de unos $2.000 millones por el encarecimiento que generó la suspensión de obras, el no cobro de 16 documentos de garantía, por un total de $864 millones. Hoy, la constructora no quiso pronunciarse sobre sus intenciones de continuar a cargo de la edificación, si se zanja la problemática en los deslindes. "No podemos responder a más consultas por el bien del proceso judicial", señaló, por correo, Carlos Méndez, del directorio.

Futuro incierto

Así, cuando han pasado más de tres años desde que se anunció, la construcción del nuevo Museo Le Paige está rodeada de una nebulosa. Responsables directos prefieren no manifestarse, mientras muchos instalan alarmas sobre el futuro de la institución y otros denuncian negligencias en los cuidados de la colección (ver recuadro). Y el municipio no quiere pronunciarse mientras no se cierre el proceso judicial, indicó -por correo electrónico- el alcalde de San Pedro de Atacama, Aliro Catur.

Pero María Cecilia Hernández, vicerrectora de Investigación y Desarrollo de la U. Católica del Norte, sí aclaró: "La UCN es propietaria legal del terreno donde se ubica el museo, cuyo alcance y dominio se encuentra inscrito en el registro de propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Calama". Y luego, además, transparentó: "En el terreno existe una pequeña franja, que en el proyecto corresponde a estacionamientos, que le pertenece a un privado. Sin embargo, el dueño está en conversaciones con la universidad, porque tiene la disposición de facilitar el proceso".

Aunque negociar con los otros propietarios es una de las vías de solución para este caso, existen otras, como la modificación del diseño arquitectónico de Iglesis Prat y TAU 3 Arquitectos. En tanto, trascendió que el municipio busca las vías para abrir una nueva licitación.

Según comenta Hernández, "el avance de este proyecto estará supeditado a un proceso de reevaluación, y el Consejo Regional (Core) nos informó que solo resta que la municipalidad emita un informe técnico sobre su estado actual". También, dado el tiempo transcurrido desde que se aprobaron los fondos para costear el nuevo museo (casi $9.000 millones) deberán revisarse los presupuestos. Habrá que recorrer un extenso trecho para alcanzar el sueño de un Museo Le Paige del siglo XXI.

 Los depósitos temporales 

Desde mediados de 2016, las 380 mil piezas arqueológicas del Museo Le Paige son conservadas en una zona transitoria de depósitos construida por Procoin (1ª etapa del proyecto). Sobre los trabajos de normalización del acervo -que involucraron conservación preventiva, documentación y diseño de contenedores especiales- también han existido cuestionamientos. Algunos vinieron, inicialmente, de la Comisión de Patrimonio del Consejo de Pueblos Atacameños, encabezada por Robert Maizares, aunque el proceso de embalaje, que dirigió el Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo R.P. Gustavo Le Paige s.j. (IIAM), contempló el trabajo de 25 miembros de comunidades indígenas.

Y otras alertas más recientes fueron emitidas por el antropólogo Ulises Cárdenas. No obstante, esta semana el Colegio de Arqueólogos de Chile difundió un comunicado en el que respalda el trabajo que ha desarrollado el IIAM, organismo que -mientras se concreta la edificación del museo- continúa trabajando en "el desarrollo estratégico y en la conservación del acervo que custodia, además de impulsando la investigación y la vinculación con el medio".

En esa línea, para noviembre, están trabajando una exposición, que será ubicada en un depósito reacondicionado, que quedará como un espacio "museable". "En relación con los depósitos temporales, o la zona de recintos transitorios -como la llamamos nosotros-, somos enfáticos en asegurar que esta ha cumplido a cabalidad con la funcionalidad para la cual fue diseñada, en correspondencia con los requerimientos infraestructurales exigidos", afirma María Cecilia Hernández, vicerrectora de Investigación y Desarrollo de la UCN.