Hacia un Estado con sentido común

Estamos prestos a vivir un proceso político que marcará un antes y un después, independientemente de cuál sea la opción ganadora sometida a plebiscito: Rechazo, Apruebo Convención Mixta o Apruebo Convención Constitucional, puesto que como se ha indicado inexorablemente por la sociedad toda, no se trata de izquierda o derecha, si no de basta de abusos en distintos ámbitos, diversas causas sociales y reconocimientos, sin querer ser taxativos en éstas.

Es decir, no importa la vereda en la que se esté, salvo los partidos políticos, pero este movimiento democrático tiene el valor irrefutable que ser producto del sentir de un País que aboga por un cambio sustancial en la forma de hacer ESTADO.

Un cambio en que las gobernanzas se adapten a un nuevo contrato social, en que prevalezca el ser humano por sobre la protección a los grandes capitales, en que la cancha esté rayada y se respete, en la que un adulto mayor efectivamente tenga derecho a júbilo y a una pensión digna, en que un enfermo que asista a salud pública sea atendido antes que morir esperando, para que exista derecho igualitario de acceso a educación de calidad

Todo esto es posible, en la medida que el Estado garantice la regulación de cada uno de los actores publico privados que intervienen en lo económico, político y social.

Lo anterior no quiere decir que no se van a respetar las inversiones. Por el contrario significa ajustarlas a un Estado de derecho subsidiario y no un mero observador. No es posible que hoy en día al micro empresario o a las pymes se les castigue con pagar cada vez más impuestos para llevar adelante reformas.

Falta por el contrario hacer que paguen más impuestos los grandes capitales, es decir falta una protección a los ciudadanos comunes y corrientes que son emprendedores y trabajadores, la verdadera clase media y no la rica que es llamada igual clase media.

En síntesis, si queremos caminar hacia una sociedad más justa, debemos enfocarnos como País en propender al respeto mutuo entre los distintos actores que hacemos Chile, con pleno respeto a las garantías individuales, a la capacidad de querer y poder emprender, pero sin castigos estatales a estos en contraposición a los grandes perdonazos que se hacen a la gran industria, ello también es violencia.

Debemos condenar la violencia en todo ámbito, no hacer vista gorda de las injusticias, no mezclar anarquismos con exigir mayor gobernabilidad social y económica, es decir, en razón de tu sentido común debes elegir este próximo 25 de Octubre.