Carta abierta a la Gente de Esta Tierra

Envie este Recorte Versión de impresión de esta Opinión Publicado el 20 de octubre de 2020 Visto 1146 veces

Hermano Lickan Antai, quiero decirte que admiro la valentía, inteligencia y perseverancia de tu pueblo para superar las diversas complejidades que ha tenido que hacer frente para construir y desarrollar una cultura tan rica en historia como en sabiduría, la que han logrado forjar tus abuelos quienes estoy convencido desearían se transmitiera y mejorara de generación en generación.

Sé que has sufrido invasiones de otros pueblos y tenido que defender tus creencias en la medida de lo posible para sobrevivir a sus agresiones, porque entonces has entendido que los tiempos cambian y es necesario adaptarse a esos cambios, aunque eso exija también comprender que, arriesgando la furia de Mallku, en ocasiones quizás sea mejor transar que extinguirse.

Y es gracias a tu fortaleza y flexible cosmovisión que has logrado sobrevivir, lo que permite encontrarnos hoy en estos nuevos tiempos para compartir nuestras vidas y conocimientos que, con todas sus limitaciones pero también sabidurías, deben convivir en esta hermosa tierra que hoy nos cobija.

Por esto a su vez te quiero decir que esta flexibilidad debe respetar también la honra de uno de las principales fundamentos de la ética cosmovisionaria que, según se escucha cotidianamente en tus discursos, se encuentra en las bases de tus creencias y convicciones milenarias, fundamento que exige no olvidar que todos pertenecemos a la Pat’ta Hoir’i, no al revés, ...nadie es dueño de nuestra Madre Tierra. Como tú sabes, ha sido y seguirá siendo siempre Paatcha quien escoge a quienes habitamos en ella y, en esta hermosa parte donde hemos escogido desarrollar nuestras vidas, hoy somos todos Gentes de Esta Tierra.

Nadie debe arrogarse el derecho de discriminar ni menos impedir que otro ser pueda habitar y desarrollar libremente su vida en estas tierras, porque esa ha sido, es y seguirá siendo potestad exclusiva de la Pat’ta Hoir’i.

Y, como tú, también quiero transitar libremente por nuestro país y disfrutar del contacto con la naturaleza, que no es mía ni tuya sino ambos nos debemos a ella y a su protección y cuidado, sin discriminaciones étnicas ni culturales, sin tener que pagar por ello.

Por eso no debe existir enemistad entre los que han habitado durante milenios estas tierras y los que han venido llegando, no debemos restringir el contacto con la naturaleza a quienes la respetan, cuidan y protegen; el verdadero adversario es quien no la respeta, abusa y hace usufructo desmedido de ella, ...pero también debiera serlo aquel que dice protegerla y sin embargo luego negocia sus principios por la moneda de cambio que sea, pues no sólo traiciona los valores fundamentales de los abuelos quienes por milenios han entendido que la Pat’ta Hoir’i no debe ser corrompida, sino además aquel vende algo que no le pertenece.

Quienes queremos que año a año se complete un ciclo armónico y renovable, para que cada 1º de agosto podamos sin avergonzarnos agradecer con la frente en alto su sustento, debemos unirnos hermanablemente para protegerla y asegurar que esto así ocurra, pero insisto, el adversario es otro, se trata de quien está tomando más de la Pat’ta Hoir’i de lo que ésta puede entregar.

Por eso te propongo que colaboremos juntos en la protección de ella, que nuestros esfuerzos se aúnen en contra de la depredación irracional de este maravilloso ecosistema al que pertenecemos todos, y ya no se vuelque más en rivalidades entre nosotros mismos. 

Ya basta de odiosidades y competencias que no conducen sino a más competencias y odiosidades, ya basta de que uno sienta que es más o mejor o que tiene más derecho que el otro, es hora de colaborar en conjunto para que nuestra Pat’ta Hoir’i cuente con nuestro debido agradecimiento y respeto, y eso no ocurrirá mientras algunos de nosotros nos sintamos dueños de ella.

Francisco Renard M.
Hijo de la Tierra

 

Francisco J. Renard Merino
Psicólogo. Master en Recursos Humanos por la Universidad Politécnica de Madrid. Se ha desempeñado en Salud Pública en Santiago y San Pedro de Atacama. Director de Fundación Tasnatur
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