Atacameños y Afuerinos: Nos fuimos poniendo viejos.

Envie este Recorte Versión de impresión de esta Opinión Publicado el 15 de agosto de 2011 Visto 428 veces
Hace más de diez años, en diciembre de 2000 y luego en enero del 2001, el diario El Mercurio publicaba un par de articulillos sobre lo que ellos llamaban el “choque entre atacameños y afuerinos”.
Allí se reflejaba claramente el resentimiento y la mala onda entre las dos principales “colectividades” que convivían y aun conviven en este lindo pueblo.

Hoy, diez años después, los actores mencionados en ambos artículos aun siguen aquí, y mas allá de los dramáticas declaraciones que hicieron (algunas son realmente graciosas ) parece que encontraron la manera de permanecer e incluso multiplicarse.

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Ahora, quisiera ocuparme de la situación actual, tal como yo la veo hoy. Centrándome por ahora en los atacameños y no en los afuerinos, porque es lo que más conozco, ya que soy medio indio, como me han recalcado mis medio hermanos muchas veces, a veces en buena onda pero la mayor parte de las veces para recordarme que también soy medio afuerino.

Quizás el principal problema es que cuando hablamos de atacameños no hablamos del “pueblo” atacameño, sino de los atacameños conocidos, es decir los dirigentes de las comunidades, que son los que hasta ahora manejan los diálogos y las agendas.

Estas dirigencias, en las que por supuesto hay honrosas excepciones, aprendieron en algún momento que era más rentable para ellos este conflicto y que en este podían prosperar.
Si, dije prosperar.

Hemos visto muchas veces como al final de un enfrentamiento puntual, estas dirigencias terminan de algún modo negociando algo que no era ni de cerca lo que se pedía al principio y luego como resultado de esa negociación conseguir dinero o bienes que van a su propio beneficio. En el mejor de los casos este dinero o bienes entran en el limbo extraño que es el mundo de las dirigencias atacameñas, donde no hay correctas rendiciones de plata, no hay información hacia sus bases, ni fiscalizaciones, ni siquiera historia*.

Así que finalmente, los comuneros, a los que vemos ocupados en sus asuntos y muchos de los cuales ni siquiera participan en las comunidades indígenas que les corresponderían, no reciben ningún beneficio directo de todos estos conflictos.

El tema es que el concepto de “pueblo atacameños” es usado como una cómoda invención, una construcción mental que sirve de pretexto para sacarle cosas al enemigo, en este caso los “afuerinos” que como grupo tampoco son blancas palomas, pero al menos tienen claro que ellos vienen a sacar el mayor provecho personal que puedan de este lugar, cosa que por lo demás queremos todos.

Así que ¿hemos avanzado desde hace diez años?

Para nada. Sólo nos hemos ido acomodando.
Y más que nadie, las dirigencias indígenas.

* En el articulo del 24 de diciembre, se mencionan al menos dos conflictos, con el hotel Explora y con GasAtacama que dejaron muy mal gusto a quienes participaron en ellos como ciudadanos particulares. Es claro que la mayoría quedó con la sensación de “traición” que hoy, tanto tiempo después, aun persiste. Y a propósito de GasAtacama, ¿Sería cierto eso de las 750 UF anuales, algo así como 15 millones de pesos? Porque todavía debieran estar entrando en la tesorería de alguien.

El Mestizo
Hijo de atacameño y sureña, fue nacido pero no criado en este pueblo, cosa que para el es más bien un mérito, aunque no de esos méritos que hacen ganar amigos. Ama este pueblo y ese amor a veces es doloroso, porque no siempre es correspondido.

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