¿Qué somos?

Envie este Recorte Versión de impresión de esta Opinión Publicado el 07 de octubre de 2011 Visto 399 veces
Sin nombre, un continente despoblado hace más de 20,000 años cuando llegaron nuestros antepasados, donde se formó su cultura, su pueblo, su origen, su destrucción.  ¿Qué pasó con nuestro nombre?, ¿somos americanos?, ¿somos hispanos?, ¿somos latinos?

El nombre que lleva hoy nuestro Continente, no es más que el reflejo de la época que no ha cambiado sobre esta Tierra, época de conquista, eliminación total de la cultura de los habitantes primeros de este Continente, saqueos y riquezas para los emprendedores del comercio, la banca, la espada y la cruz.

¿Es tan malo, tan salvaje qué América, el continente tiene que negarse a sí mismo y ponerse un nombre europeo, un nombre cristiano? Si fue en Honor a Américo Vespucci “primero” en llegar al Continente, ¿por qué no en honor a los que ya estuvieron aquí antes? ¿Por qué no se puso un nombre en honor a Conejo Dieciocho, Anacahona, Moctezuma, y tantos otros antes que ellos?

Decir América, Nuevo Mundo, Las Indias, es decir Europa, es decir Conquista.  En eso fue en los que nos convirtieron, en una extensión de ellos, con sus muchos hábitos, enfermedades, guerras imperiales, esclavitud.

Hoy decir América, es decir sólo los Estados Unidos -porque inclusive al referirse Norteamérica olvidan la geografía, excluyen Groenlandia, Canadá, Québec, y México- y las cosas no han cambiado después de más de 200 años.  Siguen sus enfermedades, sus vicios, su esclavitud, su pobreza.  Siguen las muchas costumbres del conquistador, dominando sobre la extensión Sur de América, lo que se conoce como Latinoamérica o ese gigantesco “Patio Trasero”.  Hemos quedado excluidos de ese nombre, la herencia de Imperio la tomó el gobierno y las poderosas empresas de Estados Unidos, acá la herencia de satélite de ellos.  Estamos en América, pero no somos americanos, ese nombre, sólo representa el gran dominio que tienen estos sobre los no americanos de América.  Ese nombre representa colonialismo, mano de obra barata, materias primas, subhumanos, menos nuestro nombre, no nos representa a nosotros, no somos herederos de Américo Vespucci, de Carlos V, de los Braganza.  No somos americanos.

La conquista española nuestro lado blanco, castellano nuestro idioma, católicos de religión, ¿qué más? Elementos y símbolos que cada vez miramos, más nos niegan y entran en contradicción.  Por un lado el mestizo no es blanco, pero tiene que reverenciar lo castellano, ser católico, sin herencia aborigen, sin herencia blanca. La primera se le prohíbe, la segunda herencia en si rechaza a la propia persona, pero lo obliga a que la venere, a que entre como paría un poco más arriba del aborigen y el negro, vive en una sociedad de castas, donde todas son segregadas menos la cultura occidental impuesta por los blancos de armaduras y todavía hoy goza de esa jerarquía, sin cambio como herencia del genocidio que empezó en octubre 1492. 

Eso hemos heredado de ellos, seguir con esos mismos baluartes con un continente tan destrozado como cuando lo conquistaron, llevándonos poco a poco a un “Destino Manifiesto” no importa quién sea el profeta de ese destino que nos han marcado desde la llegada de los europeos aquí, lo importante es que se cumple al pie de la letra.  No somos hispanos, pues no somos españoles, su herencia nos niega, no les interesó sembrar su cultura, sino su avaricia que en realidad es la cultura del conquistador, del invasor.  

Un negro no puede ser hispano, un aborigen mucho menos puede ser hispano, sólo hablamos parecido su lengua, pero no somos del mundo occidental, sólo geográficamente, no tenemos la historia de ellos, sólo nos une la conquista, tenemos nuestra propia lucha, nuestros propios “moros” que expulsar, que es la cultura occidental precisamente, el llamado es luchar por nuestra propia libertad.

¿Latinos? ¿Creen que César y sus legiones llegaron a Palenque?  ¿Cuántas sabinas se rapto Quetzalcóatl?, ¿el Irazú destruyó Pompeya? Somos tan latinos como los rumanos son latinos y hasta menos, no tenemos esa “salpicadura de latinidad” que tuvieron ellos como diría Cioran.   Nuestra identidad se reduce a un idioma que desde hace 500 años hablamos bajo la amenaza de cortar nuestras lenguas, el idioma de Cervantes que nos obligan en las escuelas a celebrar, el idioma del Popol Vuh a olvidar.  ¿Por qué negamos esa cultura? En cambio ¿por qué queremos ser hispanos? ¿Por qué latinos, sino lo somos?

Nuestra latinidad, sólo consiste en adorar a los opresores de antaño, a la cruz y la espada, al hierro, el sudor y la sangre, latinos por un idioma sin saber lo que hablamos sin ser S.P.Q.R.

Latinos de América, no somos latinos y no somos hispanos, entonces ¿qué somos en este continente tan contradictorio?

Para saber qué somos debemos mirar para atrás y para adentro: somos mestizos, somos mexicas, somos mayas, chichimecas, toltecas, somos Bayano, náhuatl, Tawantinsuyu, Caribe, somos mapuche, piel roja, iroqueses, cimarrones. 

Somos Teotihuacán, negros, somos Tenochtitlán, jaguares, somos el río, el agua, el mar, somos los cerros, la pampa, hasta la selva, somos el maíz germinado, la quínoa, la coca, somos tierra. 

Somos los cantos de victoria de Thasúnka Witkó, somos Anacahona, somos Agusto Sandino, Toussaint l’Ouverture, Tupaj Katari, Camilo Cienfuegos, somos la Constitución de Querétaro, somos olmecas, anazasi, somos paleoindios, somos los primeros que cruzaron por el territorio de Bering. 

Somos los que buscamos un nuevo horizonte, somos los que creamos una nueva identidad que nosotros mismos hayamos soñado.

Jorge D’Orcy
Aborígenes, s. Seres de escaso mérito que entorpecen el suelo de un país recién descubierto. Pronto dejan de entorpecer; entonces, fertilizan. 
Bierce, Ambrose.  Diccionario del Diablo. 
Sinónimos: Indio, indígena, cholo, nativo y cualquier otro grupo originario.
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