El estado de Chile, que no ha respondido ni dado soluciones reales a nadie, no iba a ser mejor con los artesanos.
A parte de algunos voladores de luces y unas promesas huecas del Ministerio de la Cultura y de las Artes (que manera de quedar grande un nombre), y algunas ferias virtuales de pacotilla, que no pueden dar abasto para la cantidad de artesanos existentes en Chile, no ha habido ninguna respuesta de parte del gobierno, excepto la lapidaria frase “reinvéntese, reconviértase, dedíquese a otra cosa”
Claro que hay que dedicarse a lo que sea… hay que comer y no estamos acostumbrados a andar mendigando. Somos artesanos, no inútiles, no pordioseros, no ciudadanos de segunda clase. Pero que algunos funcionarios apernados e instalados y que no están pasando ninguna necesidad te larguen esos discursos paternalistas, hace que la sangre hierva.
San Pedro de Atacama era un destino turístico importante hasta no hace tanto tiempo. Incluso la baja económica producida por el estallido social de octubre de 2019 aquí no había tenido una repercusión tan grande. Se habían notado ciertas consecuencias, pero la pandemia puso una lápida sobre toda la actividad económica de esta comuna, exceptuando, por supuesto, a la minería del litio.
Por otro lado, hace al menos un par de años que se venia discutiendo larga, e infructuosamente, la necesidad de una ordenanza que protegiera la artesanía local, frente a la inundación de mercadería industrial vendida descaradamente como artesanía andina.
Esta discusión se hacia frente a un municipio absolutamente indiferente, por las razones que ya conocemos (el alcalde es un subnormal)
Pero la pandemia terminó de hundir esta actividad. En esta economía “de guerra”, todo lo que se considera como “secundario” pasó a ser aun más despreciado que antes. El arte, la artesanía, dentro de las lógicas del mercado, se fueron para la casa.
Pero nosotros estamos vivos, no queremos limosnas ni queremos una ayuda especial, como la que lloran pidiendo hoy algunos “empresarios” del turismo.
Apenas queremos que nos den los espacios que existen, espacios verdaderos y no rincones perdidos que han fracasado desde el principio, como ese Pueblito de Artesanos; que no nos lancen las jaurías de perros amaestrados y asesinos que no tienen sin embargo el valor para combatir al verdadero delincuente. Eso no más.
Queremos trabajar en buena lid. Como siempre lo hemos hecho.
Y que se reconvierta el alcalde y los concejales: Que se reconviertan en personas decentes, para empezar.